La contable Yanibel Ábrego llegó a la Asamblea Nacional como independiente y con carita de yo no fui y ahora es toda una ‘Patrona’ de Capira, terrateniente y con poder político, a tal punto de que se atreve a desafiar a cualquiera con su tono altanero y chabacano.
Pero la diputada del ‘qué hay pa’ mí' recibió un duro golpe en las recientes elecciones internas de Cambio Democrático porque junto con su bancada y con su amo Ricardo Martinelli no pudo quitarle la Secretaría de la Mujer a Rómulo Roux ni mucho menos sacar el mayor número de convencionales para devolverle el partido al expresidente señalado por corrupción.
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Lo sucedido a la diputada es una lección de que el clientelismo y el descaro político también tienen su límite y que a lo interno de algunos partidos hay destellos de querer hacer las cosas bien y ojalá esos sean los políticos que representen a la mayoría.
Lo sucedido a la Patrona de Capira es solo el inicio de la factura que de seguro el electorado le pasará en el 2024 por encarnar lo más bajo de la política y del juega vivo convertida en “zombi”.