A nadie con tres dedos de frente y sin el sesgo del fanatismo hacia Ricardo Marinelli le cabe duda de que la reciente acción judicial emprendida contra el medio de comunicación digital FOCO, además de castigarlos, va dirigida a enviarle un mensaje a todo el que se atreva a señalarlo por las acusaciones contundentes que le ha hecho el gobierno de Estados Unidos y la justicia española.
El expresidente de la República, que además aspira a regresar al Palacio de las Garzas, no solo intimida, sino que también niega con descaro inaudito que contra él haya alguna investigación por corrupción, cuando los hechos son claros.
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Pero es hasta entendible que lo haga, a fin de cuentas la mentira y la manipulación son cartas de presentación de gran parte de los políticos, sobre todo los criollos.
Lo que sí es repudiable es la desfachatez con la que personeros judiciales se prestan para la persecución e intimidación en nombre de grandes intereses políticos y económicos. O no les importa o no tienen idea del grave daño que le hacen a la institucionalidad y al país.