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Editorial. La lucha por los derechos humanos y la tolerancia es el partido que debemos jugar todos

Las lecciones que deja el Mundial de Catar 2022, que arrancó ayer domingo

Lorenzo Abrego

Por Lorenzo Abrego

GR7121. AL KHOR (CATAR), 20/11/2022.- Jugadores de Ecuador celebran un gol de Énner Valencia hoy, en un partido de la fase de grupos del Mundial de Fútbol Qatar 2022 entre Catar y Ecuador en el estadio Al Bait en Al Khor (Catar). EFE/ Alberto Estevez (Alberto Estevez/EFE)

El Mundial de Fútbol de Catar 2022 deja muchas lecciones, pero una que no puede dejarse pasar es que los derechos humanos son mínimos y no son negociables por nada.

Ni una copa ni un juego pueden estar por encima de reglas de convivencia, que solo pueden ser organizadas por la tolerancia.

Se puede ser distinto o diferente, pero todos tenemos que ser tolerantes porque de lo contrario imperan el abuso y la discriminación.

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Catar es un ejemplo de que no vale solo tener estadios grandes y modernos, riqueza material y quedarse con la organización del Mundial, si la realidad ha demostrado que es un país que explota migrantes y no es posible convivir con la comunidad LGTBQ+.

Nadie pide que abandonen su cultura, religión o creencias, sino que sencillamente respeten la del resto como se debe respetar la de ellos como país anfitrión.

La chequera no lo puede comprar todo y la lucha por los derechos humanos y la tolerancia es el partido que debemos jugar todos.