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Editorial. Las consultas a los ciudadanos para el nuevo contrato minero no son coadyuvantes

Los aspectos medioambientales, laborales y de recursos de los panameños están en juego

Por Enrique Brathwaite

RESERVA. Sitio donde se desarrollará la mina de cobre de Minera Panamá, dentro del distrito de Donoso, provincia de Colón. LA PRENSA/Carlos Lemos (Corprensa)

Ya alcanzado un acuerdo con Minera Panamá sobre el futuro contrato, el Gobierno ha pasado a la siguiente etapa, la de las consultas ciudadanas, trámite no coadyuvante para el proceso de aprobación final del documento, pero sí vital para enviar un poderoso mensaje ciudadano a las presentes y futuras administraciones gubernamentales.

Hay que recordar que la forma secreta en la que se dieron las negociaciones del contrato no permitió a la población conocer detalles de un tema que nos afecta a todos. Esa estrategia debe ser corregida a futuro para discusiones similares, porque se trató de unos pocos negociando el futuro de todos.

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Es casi indudable que el contrato acordado sea aprobado por las instancias correspondientes, incluyendo a la fraccionada y politizada Asamblea Nacional, porque a final de cuentas se trata de grandes intereses económicos en juego.

No obstante, los ciudadanos a través de las consultas pueden lograr garantías en materia de cuidado medioambiental, aspectos laborales y la explotación justa de los recursos de los panameños.