El GobierNito trata de hacer ver ante el pueblo que está defendiendo los derechos de los panameños y sus recursos minerales.
La propaganda parece hasta creíble cuando reclaman los $375 millones a la minera.
Pero, ¿por qué no cuidan los recursos que ya tienen entre sus manos y permiten que representantes y diputados entreguen jamones, televisores y toda clase de artefactos como si los pagaran con recursos propios?
Si existiera un contralor serio, fiscalizador y corrector de verdad, ya estaría activando los mecanismos necesarios para que los entes legales correspondientes les pidan cuentas a estos sátrapas que tratan de hacerse ver como dadivosos con las necesidades de la gente, pero a la que solo usan para mantener el clientelismo que los tiene en el poder.
El contralor actual es como la copia deteriorada de la contable que un día puso el expresidente Martinelli en la avenida Balboa para la fiesta que tuvieron con los fondos públicos durante cinco años y que todavía pagan los panameños con sus impuestos.