Ayer el país estaba de fiesta, celebraba el Día del Educador, pero los resultados del Laboratorio de la Educación de Unesco fueron como un balde de agua fría.
Dejó claro que Panamá está por debajo de la media regional en lectura, ciencias y matemáticas antes de la pandemia de la covid-19 y no es un invento de nadie para hacerle daño a la ministra y a los docentes.
Son cifras que demuestran lo grave que está el proceso de enseñanza-aprendizaje en Panamá, que es la estrella de este Gobierno, pero que en pandemia ni siquiera pudo adecuarse porque la conectividad de Internet es precaria hasta en la misma ciudad capital.
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De lo que se trata es de que todo el sistema debe ponerse a trabajar, autoridades, docentes y padres de familia, si queremos sacar a nuestra muchachada adelante y prepararla para los retos del presente y del futuro.
Ya el Meduca no puede seguir aliado a los gremios docentes solo por tema político y de nombramientos, sino preparar más a los maestros y profesores para que ayuden a los niños y jóvenes a progresar.
No hacerlo es irresponsable y pone en peligro el valor más importante que tiene un país, su gente, que merece iguales oportunidades.