Las pensiones están en riesgo, pero a los políticos no les gusta hablar del tema.
Cuando lo hacen pasa como lo que hizo el vicepresidente “Gaby” Carrizo, que hace meses aseguró que el presidente “Nito” Cortizo había resuelto el déficit del programa con el aporte que iba a dar el nuevo contrato de la minera.
Al terminar el mes de agosto no sabemos cuál es el contrato con Minera Panamá, no hay un diálogo serio para abordar el déficit del IVM y al 2023 (que está a la vuelta de la esquina) no habría reservas para pagar las pensiones de los jubilados y por jubilarse.
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Es decir, el lobo está cerca y a punto de devorarnos a todos y las opciones son pocas. Tenemos un país hiperendeudado, carestía de empleos formales, falta de un estudio actuarial confiable, crisis económica y las opciones de reformas cada vez más duras para conservar las cuentas individuales sin perder la solidaridad.
Los que tienen que estar ojo al Cristo son los jóvenes que desde el 2007 vienen aportando al susbistema de ahorro personal, que por nada puede ser usado como un paliativo mientras los políticos meten la mano a los fondos públicos y han evadido este tema por su costo electoral.