Como era de esperarse, la actual rectora de la Unachi no quiere dejar el puesto ni el salariazo que se gana mensualmente ($10 mil aproximadamente) y ayer mismo presentó sus papeles para seguir dirigiendo la casa de estudios superiores de Chiriquí.
La acción es una respuesta a la ley que le aprobaron los diputados oficialistas, los mismos que le vendieron al país que la educación iba a ser la estrella de este gobierno.
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Sobre la rectora Etelvina pesan denuncias de todo tipo, la Unachi está politizada, se habla de un régimen de terror para el funcionario que habla o se opone a sus caprichos y lo que es peor, parece amparada por autoridades políticas. ¿Sería bueno saber si la rectora pasa una auditoría o una invesigación independiente?
La reelección de Etelvina es una muestra de la forma impresentable que dirige la Unachi. Ojalá los docentes, administrativos y estudiantes dejen el miedo y saquen a este lastre, que cree que con apoyo político de turno puede someter la educación universitaria, que requiere transparencia, valentía y libertad.