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Editorial. Un servicio público que no está garantizado

Ciudadanos siguen a merced de transportistas inescrupulosos

Lorenzo Abrego

Por Lorenzo Abrego

CORPRENSA/8-SEPTIEMBRE-2021/ROMÁN DIBULET, A pesar que el sistema de transporte colectivo en Panamá introdujo la ruta de los metro Buses, aun se pueden apreciar en el área de Panamá Este los conocidos Diablos Rojos.

El transporte en todo el país debe ser un servicio público, pero está en manos de políticos y de personas allegadas al poder y esto queda en evidencia una vez más cuando un salvaje chofer de Burunga golpeó a un pasajero que se negaba a pagarle un aumento injusto y arbitrario.

El humilde pasajero sigue hospitalizado en el Santo Tomás y su familia solo pide justicia. A las autoridades del Tránsito no les quedará de otra que quitarle el certificado de operación a la dueña porque el chofer es un simple palanca que trabaja para otra persona, cuando eso nunca fue el propósito del transporte colectivo y selectivo.

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Es decir, un certificado del Estado es explotado por particulares que ni siquiera se dan a la tarea de capacitar y contratar a personas serias y responsables para transportar personas en las diversas rutas del país. Ellos son expertos en regatas, manejan como si llevaran ganado y no ha habido manera de ponerles orden.

Es la oportunidad para que el Tránsito aplique la ley, se haga respetar y una vez en su vida defienda al usuario, el más débil en el negocio del transporte.