Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que casi el 51% de la población en edad laboral en América Latina y el Caribe vive en situación de pobreza laboral. Esto significa que sus ingresos laborales son insuficientes para superar el umbral de $1.95 de poder adquisitivo al día.
El mercado laboral en la región se caracteriza por un aumento en la informalidad y un ritmo más lento de crecimiento salarial, lo que deja a los trabajadores en condiciones de pobreza. La informalidad laboral se traduce en salarios bajos, lo que no solo aumenta la pobreza y la desigualdad, sino que también afecta la productividad.
Aunque el Índice de Mejores Trabajos en la región ha aumentado, alcanzando los 57.6 puntos en 2024 en una escala del 0 al 100, la mayoría de los trabajadores se gana la vida en la informalidad. Esto afecta especialmente a las mujeres, cuyos empleos suelen ser de menor calidad en comparación con los de los hombres.
En cuanto a la cantidad de empleos, Panamá está cerca de los 80 puntos en el índice, pero la informalidad sigue siendo un problema significativo, con un gran porcentaje de la población económicamente activa trabajando en condiciones informales.
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El informe destaca la necesidad de generar más empleos formales y de calidad, con cobertura de protección social y pensiones. También subraya la importancia de equipar al capital humano con habilidades relevantes para los sectores productivos y promover el empleo formal mediante la reducción de costos y la universalización de la seguridad social.
Además, el BID enfatiza la importancia de fortalecer los servicios públicos de empleo para mejorar la calidad del empleo en la región y abordar desafíos persistentes en términos de equidad de género y generación de oportunidades para los jóvenes.