Durante el año escolar 2023, un total de 9,145 estudiantes decidieron desertar del sistema educativo en Panamá, revela un informe reciente del Ministerio de Educación (Meduca). Esta cifra representa un 1.3% de los 706,537 alumnos registrados, marcando una disminución en comparación con el año anterior.
A pesar de que la deserción ha disminuido en comparación con el año escolar 2022, donde se reportaron 20,110 casos, los expertos advierten que aún queda trabajo por hacer para evitar que cualquier niño o adolescente se desvincule de sus estudios. Según el estudio ‘Percepciones e intervenciones relacionadas con la deserción escolar en escuelas oficiales de Panamá’, realizado por el Centro de Investigación Educativa de Panamá (Ciedu), las principales causas de la exclusión escolar son las barreras económicas, problemas familiares y la falta de valoración de la educación por parte de los padres.
Además de la deserción, otros desafíos educativos persisten. Datos adicionales del Meduca muestran que 20,731 estudiantes repitieron el año, 26,349 reprobaron alguna materia y 36,714 participaron en el Programa de Recuperación Académica Estudiantil (PRAE), donde rehabilitaron una o más asignaturas.
Aldo Bazán, representante de la Asociación de Padres de Familia, califica la situación como un “fracaso total” por parte del sistema educativo y la sociedad. Destaca que, a pesar del considerable presupuesto asignado para el sector educativo en 2024, aún persisten desafíos importantes.
El informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) titulado “Niñez fuera de la escuela y en riesgo de exclusión educativa en Panamá” resalta que los desafíos de exclusión son más pronunciados en las comarcas indígenas, especialmente en la Ngäbe Buglé. Según este informe presentado en 2022, aproximadamente 100,000 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 20 años están fuera del sistema educativo, con la mayoría de ellos sin completar ningún nivel educativo.
Ante este panorama, Bazán enfatiza la necesidad de crear un ambiente escolar más armónico y accesible para los estudiantes, con mejoras en las instalaciones, tecnología y capacitación docente. Asimismo, aboga por medidas concretas para reintegrar a los estudiantes desertores al sistema educativo y asegurar que encuentren oportunidades en escuelas nocturnas, especialmente en áreas donde estas son escasas.
Las autoridades educativas se enfrentan a un desafío significativo para abordar estos problemas y garantizar que cada niño y adolescente en Panamá tenga acceso a una educación de calidad y equitativa.