Cuando estamos enfermos, es común que perdamos el apetito. Esto se debe a que nuestro sistema inmunológico está trabajando intensamente para combatir la enfermedad. Sin embargo, es importante mantener una nutrición adecuada durante la enfermedad para acelerar la recuperación, aumentar los niveles de energía y fortalecer el sistema inmunológico.
Expertos como Colleen Tewksbury, dietista y profesora de nutrición, explican que la pérdida de apetito durante la enfermedad puede ser una señal de que el cuerpo está priorizando la supervivencia sobre el bienestar. Esto podría ser un vestigio evolutivo, ya que buscar alimentos cuando se está enfermo implicaba riesgos significativos. Además, durante la enfermedad, el cuerpo utiliza diferentes fuentes de energía. Normalmente, se alimenta de la glucosa de los alimentos, pero en periodos de ayuno, se aprovechan los ácidos grasos como fuente alterna de energía. Esto puede proteger los tejidos y órganos del cuerpo contra la inflamación provocada por patógenos. Para mantener una nutrición adecuada durante la enfermedad, se recomienda:
- Comer porciones más pequeñas y frecuentes en lugar de comidas grandes.
- Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, como la vitamina C presente en frutas y verduras, y la vitamina D encontrada en el pescado azul, champiñones y carnes rojas.
- Beber líquidos como sopas calientes, que pueden ayudar a descomponer la mucosidad y aportar proteínas, vitaminas, minerales y electrolitos.
En resumen, mantener una dieta balanceada y adaptada a las necesidades nutricionales específicas de cada enfermedad es crucial para acelerar la recuperación y fortalecer el sistema inmunológico.
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