La impunidad en Panamá no solo es un problema de normas, sino de independencia judicial.
Resulta que de acuerdo con el sistema político-jurídico existente,, la Asamblea Nacional ratifica a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de paso los investiga, pero los magistrados de la misma Corte son los encargados por Constitución, de investigar a los diputados de la República. Es decir, se ratifican entre ellos y se investigan entre ellos, pero esto no rige para el resto de los ciudadanos.
Esta semana, se conoció que los magistrados de la Corte Olmedo Arrocha, José Ayú Prado, Cecilio Cedalise, Luis Ramón Fábrega, Hernán De León y Angela Russo liberaron de responsabilidad al ex diputado Rubén De León del PRD por el escándalo de las planillas en la Asamblea Nacional porque no se constituyó la famosa “prueba idónea”.
Las magistradas María Eugenia López y Maribel Cornejo salvaron su voto en el caso del hoy diputado del Parlacen, Rubén De León, quien fue diputado por Veraguas y dos veces presidente de la Asamblea Nacional en el gobierno de Juan Carlos Varela.
Pero la decisión de la mayoría de los magistrados de la Corte no sorprende. En la administración pasada el diputado de Colón, Mario Lazarus de Cambio Democrático se vio involucrado en un atropello donde falleció una adolescente.
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El político fue investigado por homicidio culposo, pero la magistrada Ángela Russo (fiscal del caso) solo se atrevió a prohibirle su salida del país porque al final al diputado por Colón en ese momento no le pasó nada. Se pidieron 78 meses de cárcel, pero no pisó ningún día en un centro penal. Al final el político llegó a un acuerdo con la familia y el juez de garantías en ese momento avaló la negociación.
Pero como si fuera poco, el actual diputado del PRD, por Guna Yala, Arquesio Arias, fue acusado por supuestamente violar a una mujer adulta y a una mujer menor de edad, cuando era médico en la comarca, pero los magistrados lo declararon “no culpable” y el político sigue aprobando leyes de la República y cobrando su jugoso salario.
Tal como se demuestra en este repasado de hechos recientes, los diputados y políticos siempre se salen con la suyas, los magistrados de la Corte no los condenan, pero la reforma constitucional para que esta forma de investigarse y protegerse cambie sigue durmiendo el sueño de los justos y ahora con la pandemia de la covid-19 nadie se acuerda de esta promesa, que ha marcado a dos campañas presidenciales seguidas.