El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, ha anunciado su intención de firmar un acuerdo con Estados Unidos para la repatriación de los migrantes irregulares que llegan al país a través de la peligrosa selva del Darién, en la frontera con Colombia.
En el marco de su asunción al cargo, programada para el próximo lunes, Mulino espera concretar este convenio durante una reunión bilateral con autoridades estadounidenses. Mulino explicó que durante su futuro encuentro con Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, buscará suscribir un acuerdo respetuoso y digno para iniciar los procesos de repatriación de los migrantes que actualmente se encuentran en la provincia de Darién.
El anuncio fue hecho este viernes, luego de que Mulino visitara la estación de migrantes de Lajas Blancas junto a varios de sus futuros ministros y jefes policiales.
En su recorrido, el presidente electo pudo observar de primera mano las condiciones en las que se encuentran los migrantes que han cruzado la selva. Esta crisis humanitaria ha sido exacerbada por el incremento en el número de personas que buscan llegar a Norteamérica, principalmente venezolanos. En lo que va de este año, más de 195,000 personas han atravesado el Darién, y se espera que la cifra alcance las 800,000 antes de finalizar el año, según alertas de Unicef. En 2023, la cifra ya había alcanzado un récord con más de 520,000 migrantes.
Las estaciones de recepción de migrantes, habilitadas por el Estado panameño, cuentan con el apoyo de una docena de organismos internacionales que brindan asistencia con alimentos y servicios sanitarios, además de registrar los datos biométricos de los migrantes.
Posteriormente, los viajeros continúan su ruta hacia Costa Rica en buses que ellos mismos pagan. Sin embargo, la situación en estas estaciones es crítica. Mulino expresó su conmoción al ver las condiciones en las que se encuentran los migrantes, especialmente los niños.
“Esta crisis se saltó la barda, me quebró el alma ver niños de la edad de mis nietos pidiendo una botella de agua, madres, otras embarazadas, y el trastorno social, emocional, porque si a mí me ha impactado, no quiero saber los traumas de esos niños más adelante en la vida. Y créanme, yo creo que no hay ninguna razón. Y nadie le puede pedir a Panamá que toleremos esto, y mucho menos encontrar paliativos”, manifestó el presidente electo.
La crisis migratoria no solo tiene un impacto humanitario, sino también económico y social en Panamá. El país ha invertido cerca de 100 millones de dólares en el plan de flujo controlado para gestionar la migración a través del Darién. Además, las comunidades fronterizas han sufrido un trastorno social significativo y la selva, considerada Patrimonio Mundial, ha sido contaminada. Los migrantes han descrito el camino por la selva como un lugar que “huele a muerto”, enfrentándose a ríos crecidos, serpientes y delincuentes que los asaltan, violan y, en algunos casos, matan. Durante la visita de Mulino, los migrantes le suplicaban “presidente déjenos ir” y “por favor no nos devuelva a Venezuela”.
En respuesta a esta crisis, Mulino anunció que Panamá presentará una denuncia internacional ante la ONU para protestar por la situación.
“Panamá presentará ante la ONU una denuncia internacional... va a levantar una voz de protesta grave. Nuestro país no va a seguir tolerando esto de forma pasiva como hasta ahora”, declaró.
Esta denuncia será presentada durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre. Además, Panamá utilizará la silla que le corresponderá ocupar en el Consejo de Seguridad de la ONU entre 2025 y 2026 para denunciar la situación en Darién a causa de la migración irregular, añadió el presidente electo.
Mulino busca que este acuerdo con Estados Unidos sea un primer paso hacia la solución de una crisis que ha desbordado todas las expectativas y ha afectado profundamente a la sociedad panameña.
La colaboración entre ambos países podría ser crucial para gestionar de manera más efectiva el flujo de migrantes y mitigar los impactos negativos en Panamá. La reunión del próximo lunes será clave para determinar los próximos pasos en la gestión de esta crisis humanitaria y migratoria.