Tras una “muerte masiva” causada principalmente por la severa sequía que afectó a Panamá en los años 2015 y 2016, los manglares de un área de la Bahía de Panamá, frente a la cual se levanta la capital del país, se están recuperando, informó este jueves el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés).
“Por primera vez desde que murieron tantos manglares entre el 2015-16, (se) puede informar que algunas áreas, que se habían llenado en su mayoría con árboles muertos y en descomposición hasta el año pasado, ahora están llenas de miles y miles de nuevas plántulas y árboles jóvenes”, indicó el STRI, que tiene sede en Panamá.
En 2020, el Instituto, financiado por el banco francés Paribas, inició un proyecto para investigar las causas específicas de la extinción de los manglares en los corregimientos de Panamá Viejo y Juan Díaz.
“Entre el 2016 y 2019, este proyecto involucró un consorcio único de investigadores nacionales e internacionales que proporcionaron la primera información científica sobre uno de los eventos más grandes de muerte regresiva de manglares jamás documentados en Panamá, y posiblemente en toda la región del Pacífico oriental”, destacó el ente científico.
Los investigadores vincularon la mortandad de manglares al fenómeno meteorológico de El Niño, más que a otros factores como el impacto humano, la alta sedimentación o el uso agrícola, a los que se atribuye que en “los últimos 50 años, desde 1972, Panamá haya perdido casi el 50 %” de estos ecosistemas.
El proyecto, dirigido por Steven Paton, del STRI, y Omar López Alfano, investigador asociado a STRI y profesor de Universidad de Panamá, está enfocado específicamente en el área de Juan Díaz, una de las zonas que más manglares afectados reportaba de forma “misteriosa”, según el instituto.
Así, la investigación, que forma parte del proyecto internacional “Coastal and marine biodiversity resilience to extreme events in Central America and the Caribbean (CORESCAM)”, pudo concluir que algunos de “los árboles jóvenes más grandes han crecido más de dos metros en menos de dos años”, reportó el instituto.
Y, tras un vuelo a vista de pájaro, se pudo evidenciar que “la recuperación de los manglares no se limita solo al área de Juan Díaz”, sino que a un futuro a corto plazo estos árboles “lucirán como nuevos”, señaló el SRTI.
Actualmente, López y Paton están trabajando para buscar fondos destinado al monitoreo y documentación de la recuperación de un manglar después de una “muerte masiva”.
Según el STRI, esta nueva investigación será “importante, no solo para comprender la recuperación actual de los manglares de Juan Díaz, sino también para comprender la muerte regresiva y las recuperaciones futuras que pueden volverse más frecuentes en el futuro como resultado del cambio climático”.
Los manglares son un ecosistema de vital importancia, no solo para una amplia gama de especies de plantas y animales que viven entre, encima e incluso debajo de los árboles de manglar, sino también para los humanos debido a su importancia en la protección de las costas ante la erosión y las marejadas ciclónicas.
Cumplen un papel preponderante como zonas de crianza y alimentación para muchas especies marinas de importancia comercial, como camarones y peces, que pasan al menos parte de sus vidas entre las raíces de los manglares, destacó el ente científico. EFE