El teletrabajo, una solución ideal para muchos, se ha convertido en un calvario para los residentes de Panamá Oeste. Los constantes apagones en la región han forzado a profesionales como Zeudith Linares a buscar soluciones improvisadas para cumplir con sus responsabilidades laborales.
Zeudith, quien coordina el movimiento de contenedores desde su hogar, relata cómo los apagones interrumpen sus conferencias internacionales, poniendo en riesgo importantes acuerdos comerciales. “Hoy, por poco pierdo un cliente”, confiesa. Ante esta situación, ha transformado su automóvil en una oficina móvil, utilizando un convertidor de corriente para trabajar durante los cortes eléctricos.
La improvisación como única salida
En zonas como Chame, donde los apagones son constantes, la frustración aumenta. Para muchos, la única opción es regresar a las oficinas en la capital, enfrentando el pesado tráfico en vías como la Panamericana o el Centenario.
Pero los apagones no solo afectan la productividad; también dañan equipos electrónicos, lo que supone un gasto extra para las familias. “Es estresante tener que explicar a un cliente que no cumpliste porque no hay luz”, lamenta Zeudith.
Mulino exige soluciones o tomará “otras decisiones”
Ante el clamor popular, el presidente José Raúl Mulino ha exigido a las empresas eléctricas mejorar el servicio. Durante su discurso, advirtió que, si en seis meses no hay cambios, tomará medidas drásticas. “El servicio eléctrico no es bueno en este momento, y eso debe cambiar”, enfatizó.
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¿Hasta cuándo soportará Panamá Oeste?
Mientras el país espera acciones concretas, los residentes del Oeste continúan lidiando con un servicio eléctrico deficiente que afecta su calidad de vida y economía. La pregunta es: ¿lograrán las promesas del presidente poner fin a esta pesadilla diaria?