Hace 116 años, un día como hoy, 15 de mayo de 1903 fue fusilado el “líder de los cholos”, Victoriano Lorenzo.
Fue admirador de Belisario Porras, educado por un párroco, pero rebelde hasta los tuétanos, lo que le costó la vida sin proceso alguno.
“Ay aquél 15 de mayo de ingrata recordación partieron tu corazón antes que cantara el gallo”, son partes de las muchas poesías escritas en honor a este guerrillero panameño.
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Hoy los estudiantes universitarios en el Paraninfo de la Universidad de Panamá harán un acto para recordar sus luchas, mientras que los dirigentes obreros acudirán al Cementerio Amador para efectuar una romería a “El Cholo” como ellos le llaman cuando corean consignas populares como: “Sin luchas no hay victorias”.
El fusilamiento de Victoriano Lorenzo, decretado en tiempo récord por un Consejo de Guerra, presidido por el general Esteban Huertas, fue sin duda una de las causas para que Panamá lograra su separación de Colombia en 1903.
Su defensor fue Carlos A. Mendoza, pero de nada valió su fuerte e histórico alegato porque a eso de las cinco de la tarde fue fusilado en la plaza de Armas, también denominada Chiriquí o Las Bóvedas, sitio que por un involuntario sarcasmo de la historia se denomina hoy “Paseo General Esteban Huertas”, de acuerdo con el libro "Panamá, un aporte a su historia, editado por Corporación La Prensa.
Luego que fue fusilado Victoriano Lorenzo ni siquiera se le permitió a los liberales poner su cadáver en un ataúd, sino que tuvo que ser colocado en una carreta, que tiraba una mula, y mientras su sangre chorreaba por la Avenida Central hasta llegar al Cementerio Amador. Con posteridad, desconocidos prendían velas sobre la tumba del mártir.