La violencia no da tregua en Panamá. La madrugada del lunes 6 de enero, vecinos del sector 2 de San Francisco, en Kuna Nega, corregimiento de Ancón, alertaron a las autoridades tras percibir un fuerte hedor a putrefacción proveniente de una vivienda. Al llegar al lugar, las unidades de la Policía Nacional encontraron el cadáver de un hombre apodado “Paisa”, tirado en el suelo sobre un charco de sangre. Según el informe forense, el cuerpo presentaba una herida de arma de fuego en la pierna izquierda y llevaba entre 12 y 24 horas de fallecido. El levantamiento del cadáver, a cargo de la fiscal Erika Marmolejo, culminó a las 3:40 de la madrugada.
Horas después, la tragedia se trasladó al corregimiento de Pacora, donde Antonio Abad Martínez González, de 24 años, fue brutalmente asesinado al salir de un minisúper en la barriada Santa Isabel. Según el reporte policial, el ataque ocurrió alrededor de las 9:00 p.m., cuando un sujeto descendió de un vehículo tipo pick-up de color oscuro y disparó contra Antonio y un menor de 15 años que lo acompañaba. Antonio recibió 16 impactos de bala en diferentes partes del cuerpo y murió en el lugar. Su acompañante sufrió heridas en el talón del pie derecho y el dedo meñique del pie izquierdo. Fue trasladado al Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos, donde los médicos informaron que se encuentra estable.
El historial del occiso en Pacora ha despertado interrogantes en las investigaciones. Antonio había sido aprehendido el 29 de febrero de 2024 por el robo de un vehículo y salió de prisión el 30 de julio del mismo año. Este dato ha llevado a las autoridades a considerar la posibilidad de que su asesinato esté vinculado a su pasado delictivo. Mientras tanto, en Kuna Nega, los investigadores tratan de esclarecer el móvil del homicidio de “Paisa”, que aún está rodeado de misterio.
Con estos dos crímenes, registrados en menos de 24 horas, Panamá suma ya 11 homicidios en los primeros seis días de 2025. Sin embargo, en apenas dos de estos casos se cuenta con personas detenidas, lo que refleja la dificultad de frenar la creciente ola de criminalidad en el país.