La noche del pasado miércoles 2 de octubre, a eso de las 9:00 p.m. el cuerpo sin vida de Angie Nadiuska Lara Atencio, enfermera de 33 años, fue llevado al hospital Rafael Estévez en Aguadulce.
Su pareja y compañero de trabajo, Constantino Mozaquites Solís de 36 años, un técnico de enfermería en el mismo centro médico, fue quien la trasladó. Según su versión, la halló colgada en su casa en El Cristo de Aguadulce, sugiriendo que había sido un suicidio. Pero las marcas en el cuerpo de Angie, moretones y señales de lucha, contaron una historia muy distinta, una que el Ministerio Público ahora investiga como posible feminicidio.
Las pruebas forenses revelaron lo que se temía: Angie fue estrangulada.
Además, presentaba un fuerte golpe en la cabeza, y las huellas de forcejeo en su piel contradijeron por completo la versión inicial de su pareja. La necropsia confirmó que la muerte de Angie no fue un acto autoinfligido, sino un acto violento.
Las autoridades, con esta información en mano, se movilizaron rápidamente para aprehender al principal sospechoso, quien fue capturado el viernes por la noche y permanece bajo custodia.
Fuentes cercanas indicaron que, en sus últimos momentos, Angie intentó hacer varias llamadas en busca de ayuda. Estas llamadas, lamentablemente, se cortaron, y no pudo recibir auxilio. Los detalles sobre sus últimos intentos de salvarse han desatado aún más indignación y sospechas en la comunidad, que clama por justicia.
Nacida en Santiago de Veraguas, Angie era una enfermera respetada y apreciada por sus compañeros de trabajo. Había comenzado una nueva vida en Aguadulce después de separarse de su esposo, con quien compartía la crianza de su hijo de 8 años, quien ahora queda en la orfandad. La comunidad y sus seres queridos la recuerdan como una mujer dedicada, cuya vida fue segada de manera cruel e injusta.
La despedida de Angie, que fue sepultada en su ciudad natal, dejó una estela de dolor y consternación.
Amigos, familiares y colegas aún no comprenden cómo alguien tan valiosa pudo encontrar un final tan trágico y violento. Mientras la investigación avanza, su familia y compañeros de trabajo claman justicia, pidiendo que la verdad salga a la luz y el responsable pague por lo sucedido.