Todo comenzó en la madrugada del miércoles 11 de diciembre, en la calle 3 de San Mateo, en La Chorrera. Un vehículo con las luces encendidas y el motor en marcha llamó la atención de los residentes. En su interior yacía Jorge Luis Jiménez Guerrero, de 25 años, con un disparo en la nuca. A pesar de la rápida llegada del Sume 911, no había nada que hacer.
El barbero “Coraje” en Torrijos Carter
Ese mismo día, pero por la tarde, otro crimen sacudió a Torrijos Carter, en San Miguelito. Luis Daniel de la Cruz, conocido como “Coraje”, fue acribillado frente a su casa, ubicada cerca de una antigua discoteca. La víctima, muy conocida en su vecindario por su barbería, fue atacada por sicarios que huyeron dejando a tres menores como principales sospechosos.
Río Abajo: El cuerpo de un conductor de plataforma
La mañana del jueves, los vecinos de Altos del Río, en Río Abajo, despertaron con la noticia de un cadáver en un vehículo gris. Se trataba de un conductor de plataforma digital, que fue brutalmente asesinado con múltiples heridas de arma blanca. La Policía capturó a uno de los sospechosos, a quien se le encontró dinero, celulares y rastros de sangre.
Ataque armado en Valle de Urracá
Pero la tragedia no terminó ahí. Al mediodía, un ataque armado en Emberá Purú, San Miguelito, dejó a un joven de 17 años muerto y dos personas heridas. La víctima recibió un disparo en la cabeza y murió antes de llegar al centro de salud. Entre los heridos, uno permanece en estado crítico.
Colón: Un hombre entre la vida y la muerte
Como si no fuera suficiente, otro hombre lucha por su vida en el Hospital Manuel Amador Guerrero, en Colón, tras ser impactado en la cabeza durante un ataque armado en Barrio Sur. Hasta el cierre de esta nota, las autoridades no han reportado aprehensiones relacionadas con ninguno de los casos.
Un país en estado de alarma
Mientras los homicidios aumentan, Panamá vive con el miedo de que esta ola de violencia continúe. Con cuatro muertes menos que las 556 registradas el año pasado, las autoridades se enfrentan a un reto monumental: detener esta espiral de sangre que cada día parece más incontrolable.