Aunque el vapeo se considera menos nocivo que el tabaco, estudios destacan la presencia de compuestos potencialmente cancerígenos en ciertos sabores. En una era donde el vapeo se presenta como la alternativa “segura” al cigarrillo tradicional, un reciente estudio de la Universidad McGill ha puesto ahora los ojos sobre un enemigo silencioso, los sabores.
Las sustancias químicas
Aunque los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco, sí incluyen una mezcla de sustancias químicas que pueden ser dañinas. Algunos líquidos de vapeo contienen compuestos como formaldehído, acetaldehído y acroleína, conocidos por ser cancerígenos en altas concentraciones.
Causa inflamaciones
El vapeo puede provocar inflamación y estrés oxidativo en el cuerpo, condiciones que han sido vinculadas con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. La exposición prolongada a estos factores podría contribuir a un entorno más propicio para la aparición de tumores malignos.
Ojo con los sabores
Entre ellos, el popular “Razzy3Some” con sabor a bayas ha demostrado ser especialmente dañino, afectando directamente las células inmunes de los pulmones. La investigación, realizada en ratones, revela que el vapor dulce interfiere con los macrófagos alveolares, células esenciales para patrullar y limpiar los alvéolos de bacterias y residuos. Tras 10 días de exposición, estas células quedaron paralizadas, incapaces de moverse y cumplir su función protectora. Este efecto no se observó en vaporizadores sin sabor o mentolados, dejando claro que no todos los líquidos son iguales.
El resultado es alarmante
El riesgo es mayor a infecciones pulmonares, como las causadas por la Pseudomonas aeruginosa, un patógeno común en fumadores. Los ratones expuestos al sabor a bayas mostraron tasas de mortalidad más altas y necesitaron más tiempo para recuperarse de la infección. Aunque estos resultados provienen de estudios en animales, los expertos no descartan que algo similar pueda ocurrir en humanos.
Ajitha Thanabalasuriar, coautor del estudio, destaca que los sabores más complejos contienen una mezcla de químicos que, en conjunto, resultan más tóxicos. “Cuando analizamos los componentes individuales del sabor a bayas, no observamos efectos adversos. Sin embargo, la combinación de estos químicos es lo que parece desatar los problemas en la inmunidad pulmonar”, explicó.
El problema se agrava con la forma en que estos productos se comercializan. Los cigarrillos electrónicos saborizados suelen venir en envases llamativos, con colores brillantes y nombres atractivos, dirigidos claramente a un público joven. Esta estrategia de marketing, advierten los científicos, podría estar fomentando el inicio del vapeo en adolescentes y jóvenes adultos, aumentando el riesgo de problemas respiratorios a largo plazo. Además de los riesgos pulmonares, los vaporizadores contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva que puede afectar el sistema cardiovascular.
Sin embargo, hasta ahora, pocos estudios han investigado cómo los diferentes sabores alteran los impactos en la salud. La Dra. Thanabalasuriar enfatiza la importancia de regular estos productos y aumentar la conciencia sobre sus peligros. “Debemos ser más cuidadosos con los tipos de sabores que permitimos en el mercado, ya que pueden tener efectos perjudiciales”, afirmó.
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El mensaje es claro, aunque el vapeo pueda parecer inofensivo, especialmente con sabores dulces, sus efectos a largo plazo podrían ser devastadores. Los consumidores deben prestar atención no solo a la cantidad que vapean, sino también al tipo de líquido que eligen.