La pandemia por la covid-19 puede traer consigo, si no se trabaja a tiempo para evitarlo, una crisis alimentaria en el mundo. América Latina y el Caribe no escapan a esta realidad.
Mi Diario conversó con el magíster Israel Ríos, oficial regional de Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sobre la seguridad alimentaria en la región.
¿Qué porcentaje de la población en América Latina puede caer en la pobreza a raíz de la pandemia por la covid-19?
“Es difícil realizar una proyección precisa sobre el impacto y la profundidad que tendrá la crisis económica derivada de la covid-19. Las últimas estimaciones realizadas por la Cepal proyectaban una caída del 5.3% de la economía de la región, lo que supondría que unos 16 millones de personas más podrían caer en la pobreza extrema. Esto supone 83.4 millones de personas viviendo en una situación de pobreza extrema, la incidencia más alta de las dos últimas décadas. Sin duda alguna, un aumento en la pobreza supondrá un desafío aún mayor para acceder a una alimentación saludable”.
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¿La pandemia traerá un alza en los niveles de hambre en la región?
“Existe una alta correlación entre pobreza extrema y hambre y ya se empiezan a notar sus efectos. El aumento del desempleo y la caída en los ingresos derivada de las medidas necesarias para reducir la propagación de la covid-19 ya están dificultando a millones de personas el acceso a alimentos suficientes. Antes de la pandemia, el hambre ya afectaba a unos 47.7 millones de personas en América Latina y el Caribe, una cifra que ha venido incrementándose lentamente desde 2014, y todo apunta a que el hambre será aún más acuciante cuando se contabilicen los efectos de la pandemia sobre la seguridad alimentaria”.
¿En medio de la pandemia podría darse una crisis alimentaria?
“Precisamente, esa es la tarea que tenemos por delante: evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria. Para ello se deben adoptar medidas de protección social que garanticen el acceso a dietas saludables a la población en situación de vulnerabilidad, como se ha descrito anteriormente, ya sea a través de transferencias monetarias, canastas o cupones de alimentos o el mantenimiento de los programas de alimentación escolar. Desde la FAO insistimos en la importancia de mantener estas medidas, e incluso hacer un esfuerzo especial para las familias que ya estaban en condición de hambre y de extrema pobreza antes de la pandemia”.
¿Piensa usted que la pandemia va a empeorar la inseguridad alimentaria en la región?
“Cuando hablamos de inseguridad alimentaria nos referimos a una situación en la que las personas no tienen acceso físico, social o económico suficiente a alimentos. Al igual que el hambre, previsiblemente empeorará la inseguridad alimentaria, principalmente por falta de dinero para poder comprar alimentos”.
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¿La crisis sanitaria a su criterio podría traer un alza en el costo de la canasta básica de alimentos en la región?
“De no tomarse las medidas necesarias, se pudiera presentar incertidumbre y volatilidad de los precios, entre otros. Tomar medidas de protección a nivel de políticas y programas son claves para evitar una crisis de alimentos. En especial, evitar el incremento de los precios y el desabastecimiento de alimentos y garantizar el flujo comercial y de suministro de alimentos”.
¿Qué propone la FAO para contrarrestar esta crisis en América Latina?
“Desde el inicio de la pandemia, la FAO ha emitido recomendaciones y brindado apoyo técnico a los países para contrarrestar o mitigar los efectos derivados de esta crisis vinculados a la disponibilidad y suministro de alimentos, a garantizar el acceso a alimentos saludables y a proteger a todos los actores de la cadena alimentaria, entre otros.
Para proteger el acceso a la alimentación, recientemente emitimos unas recomendaciones en conjunto con la Cepal en América Latina y el Caribe”.
PERFIL
Magíster Israel Ríos oficial de Nutrición de la Oficina Regional de FAO para América Latina y el Caribe.
Magíster en Nutrición y Alimentos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile.
Tiene posgrado en Docencia Superior de la Universidad del Istmo de Panamá.
Actualmente, es doctorando en Ciencias de la Salud de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas) de Panamá.